Mi nombre es Sandra,

Sandra Leonor Acosta, mi trayectoria fundamentalmente está basada en las relaciones interpersonales, en los conflictos.

Veintiocho años en el Poder Judicial, en distintas áreas y siempre marcada por el interés de como desde mi rol, podía verdaderamente, conectar con otro ser humano y ayudarle a hacer frente a desafíos que a veces, suelen ser, francamente serios.

 
Mi formación, fue una formación metafísica y holística, que yo completé buscando qué podía hacer que la comunicación activara mecanismos en la mente y en el cuerpo que favorecieran el entendimiento y por ende el bienestar.

Tope con una ciencia, la Bioneuroemoción , que precisamente investiga como la mente a través del sistema nervioso y el sistema endocrino puede afectar no sólo nuestro sistema de respuesta sino también nuestro sistema inmune.

Esto me llevó a profundizar en otros campos y de alguna manera a tomar perspectiva sobre nuestra forma de tratarnos unos a otros, nuestra forma de hablar unos con otros, nuestra forma de entendernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo.

 
Todas estas herramientas que fui adquiriendo, sumadas a mis experiencias personales, me llevaron a comprender que había algo más, que el vacío del Ser no se llena con el tener. Tener razón, tener una solución, un estatus, una seguridad, un sentido de pertenencia, etc.

Que el bienestar subjetivo es importante, pero más importante es la felicidad y que ese sentimiento tiene que ver con un estado de serenidad, equilibrio y armonía que no depende de lo de afuera o de lo que te pasa, ni significa el fin de la experiencia humana, sino por el contrario, significa el comienzo de la coexistencia de todas las posibilidades latentes.

Un estado de pleno centro donde se une el como es arriba es abajo, como es dentro es fuera. 
 

Notar ese anhelo, ese vacío y no saber que es, es tocar una puerta muy delicada. 
La puerta de la incertidumbre.

Una puerta que cuando la cruzas el mundo cambia ...